lunes, 7 de septiembre de 2009

MACHADO, ANTONIO. A UN OLMO SECO.






Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo, 
algunas hojas verdes le han salido. 
. 
El olmo centenario en la colina... 
Un musgo amarillento 
le lame la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento. 
. 
Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en malena de campana, 
lanza de carro o yugo de carretera; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas de alguna mísera caseta. 
. 
Antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.