miércoles, 26 de marzo de 2008

LUIS CERNUDA. No intentemos el amor nunca



Aquella noche el mar no tuvo sueño.
Cansado de contar, siempre contar a tantas olas,
quiso vivir hacia lo lejos,
donde supiera alguien de su color amargo.

Con una voz insomne decía cosas vagas,
barcos entrelazados dulcemente
en un fondo de noche,
o cuerpos siempre pálidos, con su traje de olvido
viajando hacia nada.

Cantaba tempestades, estruendos desbocados
bajo cielos con sombra,
como la sombra misma,
como la sombra siempre
rencorosa de pájaros estrellas.

Su voz atravesando luces, lluvia, frío,
alcanzaba ciudades elevadas a nubes,
cielo Sereno, Colorado, Glaciar del infierno,
todas puras de nieve o de astros caídos
en sus manos de tierra.

Mas el mar se cansaba de esperar las ciudades.
Allí su amor tan sólo era un pretexto vago
con sonrisa de antaño,
ignorado de todos.

Y con sueño de nuevo se volvió lentamente
adonde nadie
sabe de nadie.
Adonde acaba el mundo.

martes, 4 de marzo de 2008

EUGENIO DE ANDRADE. Blanco en lo blanco








Haz una llave, aunque sea pequeña,
entra en la casa.
Consiente en la dulzura, ten piedad
de la materia de los sueños y de las aves.
Invoca el fuego, la claridad, la música
de los flancos.
No digas piedra, di ventana
No seas como la sombra
Di hombre, di niño, di estrella.
Repite las sílabas
donde la luz es feliz y se demora,
vuelve a decir: hombre, mujer, niño.
Donde la belleza es más nueva.

Versión de Aníbal Núñez