sábado, 31 de enero de 2009

JOHN FLETCHER. DOS POEMAS


 

Pon una corona de flores en mi carroza fúnebre
de tejo triste;
doncellas, llevad ramas de sauce,
decid, que mi muerte es cierta.

Mi amor fue falso, pero yo fui firme,
desde la hora de mi nacimiento.
¡Sobre mi cuerpo enterrado echad
con dulzura, suave tierna!

 El poder de la música

Orfeo hace árboles con su laúd,
y las cumbres heladas de los montes
se inclinan por sí mismas cuando el cantó:
a su música las plantas y las flores
nunca brotaron; como el sol y los aguaceros
hicieron una duradera primavera.

Todas los seres que le oían tocar,
incluso las olas del mar,
se abatían, y se postraban.
Su música es tan dulce y tan sublime,
que aniquila la penas y el dolor del corazón,
cae dormido, o, escuchando, mueren.