jueves, 4 de agosto de 2016

BECQUER,Gustavo Adolfo. Rima LXV



Llegó la noche y no encontré un asilo; 
y tuve sed ... ¡mis lágrimas bebí! 
¡Y tuve hambre! ¡Los hinchados ojos 
cerré para morir! 

¿Estaba en un desierto? Aunque a mi oído 
de las turbas llegaba el ronco hervir, 
yo era huérfano y pobre... 

El mundo estaba  desierto....¡para mi!