martes, 14 de abril de 2015

CERNUDA, LUIS. DIRÉ COMO NACISTEIS




Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos, 
Como nace un deseo sobre torres de espanto, 
Amenazadores barrotes, hiel descolorida, 
Noche petrificada a fuerza de puños, 
Ante todos, incluso el más rebelde, 
Apto solamente en la vida sin muros. 

Corazas infranqueables, lanzas o puñales, 
Todo es bueno si deforma un cuerpo; 
Tu deseo es beber esas hojas lascivas 
O dormir en esa agua acariciadora. 
No importa; 
Ya declaran tu espíritu impuro. 

No importa la pureza, los dones que un destino 
Levantó hacia las aves con manos imperecederas; 
No importa la juventud, sueño más que hombre, 
La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad 
De un régimen caído. 

Placeres prohibidos, planetas terrenales, 
Miembros de mármol con sabor de estío, 
Jugo de esponjas abandonadas por el mar, 
Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre. 

Soledades altivas, coronas derribadas, 
Libertades memorables, manto de juventudes; 
Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua, 
Es vil como un rey, como sombra de rey 
Arrastrándose a los pies de la tierra 
Para conseguir un trozo de vida. 

No sabía los límites impuestos, 
Límites de metal o papel, 
Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta, 
Adonde no llegan realidades vacías, 
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.