lunes, 26 de marzo de 2007

CERNUDA, LUIS. Adolescente fui en días idénticos a nubes...




Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.

Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fui, aquel fui, aquel he sido...
era la ignorancia mi sombra.

Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.

Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia,
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.

VERLAINE, PAUL . El hogar y la lámpara de resplandor pequeño...





El hogar y la lámpara de resplandor pequeño;
la frente entre las manos en busca del ensueño;
y los ojos perdidos en los ojos amados;
la hora del té humeante y los libros cerrados;
el dulzor de sentir fenecer la velada,
la adorable fatiga y la espera adorada
de la sombra nupcial y el ensueño amoroso.
¡Oh! ¡Todo esto, mi ensueño lo ha perseguido ansioso,
sin descanso, a través de mil demoras vanas,
impaciente de meses, furioso de semanas!

Versión de Luis Garnier

AKJMÁTOVA, ANNA..... Cuando la luna es de melón

Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana
y en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
y la nieve del paño y arde una bujía de cera
tal que en la niñez, mariposas zumban
la calma, que no oye mi palabra, retumba
entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
y se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto siquiera…
la soledad en sus redes me hizo prisionera
el gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
y en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.

viernes, 23 de marzo de 2007

CANTAR DE LOS CANTARES. Cap.3








 El ensueño de la esposa 


3:1 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; 

Lo busqué, y no lo hallé. 
3:2 Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; 
Por las calles y por las plazas 
Buscaré al que ama mi alma;
Lo busqué, y no lo hallé. 
3:3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, 
Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma? 
3:4 Apenas hube pasado de ellos un poco, 
Hallé luego al que ama mi alma; 
Lo así, y no lo dejé, 
Hasta que lo metí en casa de mi madre, 
Y en la cámara de la que me dio a luz. 
3:5 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, 
Por los corzos y por las ciervas del campo, 
Que no despertéis ni hagáis velar al amor, 
Hasta que quiera. 
El cortejo de bodas

3:6 ¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo, 

Sahumada de mirra y de incienso 
Y de todo polvo aromático? 
3:7 He aquí es la litera de Salomón; 
Sesenta valientes la rodean, 
De los fuertes de Israel. 
3:8 Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra;
Cada uno su espada sobre su muslo, 
Por los temores de la noche. 
3:9 El rey Salomón se hizo una carroza 
De madera del Líbano. 
3:10 Hizo sus columnas de plata, 
Su respaldo de oro, 
Su asiento de grana, 
Su interior recamado de amor 
Por las doncellas de Jerusalén. 
3:11 Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón 
Con la corona con que le coronó su madre en el día de su desposorio, 
Y el día del gozo de su corazón.

miércoles, 14 de marzo de 2007

VELAZQUEZ, DIEGO. BARROCO Y SU OBRA


Durante sus primeros años como pintor, el estilo de Velázquez es naturalista y se interesa por la ''imitación de la realidad'' haciendo hincapié en los volúmenes y las texturas. Para su representación recurre al ''claroscuro'' con una iluminación tenebrista, el dibujo de contornos precisos, pinceladas opacas y una paleta en la que predominan los colores tostados.
Tras el estudio de los cuadros de Tiziano en la colección real de Fernando IV, la estancia de Rubens en la corte y su primer viaje a Italia, su estilo se torna luminoso con lienzos de fondos claros y la aplicación de capas de color más translúcidas y una mayor presencia de los azules, negros y grises. Su pincelada gana en soltura y precisión sin perder la atención por el impacto visual de los detalles. La separación entre el fondo y las figuras se suaviza.
En su último periodo estilístico la pintura de Velázquez se apoya en la impresión visual más que en el modelado de las formas. El resultado es más esquemático con pinceladas rápidas que tendrán una gran influencia en los impresionistas franceses como Manet o Renoir.
Características constantes de su estilo son el uso de una paleta limitada, con pocos colores, pero usados con versatilidad a medida que evoluciona su pintura, y el hábito de retocar los cuadros años después de haber sido concluidos lo que dificulta enormemente las labores de datación de los expertos e incluso la confirmación de su autoría.

MANRIQUE, JORGE. QUIEN NO ESTUVIERA EN PRESENCIA






Quien no estuviere en presencia,
no tenga fe en confianza,
pues son olvido y mudanza
las condiciones de ausencia.
Quien quisiere ser amado,
trabaje por ser presente,
que cuan presto fuere ausente,
tan presto será olvidado:
y pierda toda esperanza
quien no estuviere en presencia,
pues son olvido y mudanza
las condiciones de ausencia.

domingo, 11 de marzo de 2007

MURILLO, BARTOLOMÉ ESTEBAN. LUZ Y COLOR (Barroco español)

domingo, 4 de marzo de 2007

EUGENIO DE ANDRADE. La lluvia cae en el polvo igual que el poema

 





La lluvia cae en el polvo igual que en el poema
de Li Po. En el sur
los días tienen ojos grandes
y redondos; en el sur el trigo ondula,
sus crines danzan en el viento,
son la bandera descamisada de mi embarcación;
en el sur la tierra huele a lino blanco,
a pan en la mesa,
el fulvo ardor de luz invade el agua,
cayendo sobre el polvo, leve, encendida.
Igual que en el poema

Versión de Aníbal Núñez

UNAMUNO MIGUEL DE. En horas de insomnio




Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.



No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.



Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.



He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy me extraño
a mí mismo y descubro no vivía.